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El día 15 de Julio de 2013 se cumplieron exactamente 41 años de la creación del Club de Suboficiales y, por tanto, es una ocasión muy especial para recordar aquellos primeros tiempos del inicio de tan magno acontecimiento.
Para hablar de los inicios del Club de Suboficiales de Tablada hay que tirar de memoria pues que yo sepa no hay referentes escritos de aquellos primeros pasos de nuestro querido Club. Por lo tanto pido de antemano disculpas si alguno de los datos que aquí voy a enumerar o alguna de las fechas no son totalmente precisos pues ya sabemos los errores que el transcurso del tiempo nos suele hacer cometer esa cosa tan inconstante como es la memoria, pero intentaré contrastar el máximo de datos que pueda para que estos sean los menores posibles y de cualquier modo resaltar que el interés principal de esta historia no está en la exactitud de los datos sino en la historia por si misma.
Corría el año 1970 cuando algunos Suboficiales de mayor graduación de los destinados en el Aeródromo Militar de Tablada tuvieron la idea de crear un espacio de ocio donde poder llevar a sus familias por las tardes durante todo el año pero muy especialmente en las temporadas de primavera y verano. Había uno semi-cerrado con piscina frente al cuerpo de guardia donde con buen tiempo ellos se reunían por las tardes para jugar a las cartas y al dominó y que pertenecía al Pabellón de Suboficiales. Este fue el espacio elegido por aquellos militares más antiguos – Subteniente Marín ( armero), Subteniente Marín Orio ( mecánico de avión y que después sería el primer presidente), Brigada Ambrona ( s. t. ), Brigada Mayol ( s. t. ) y Sargento 1º Picón entre otros – para aprovechando que ya existían algunas instalaciones, llevarle la propuesta al Teniente General de la creación de un Club para disfrute de los suboficiales y sus familias. El Teniente General Salas que por aquel entonces era el General Jefe de la región Aérea del Estrecho acogió bien la idea encargando a su tercero ( su segundo era el General Queipo de Llano), el General Serrano de Pablos que se hiciera cargo de las gestiones ante Madrid del proyecto y de facilitar al máximo la labor de creación y desarrollo del club así como de la elaboración de unas normas de convivencia o estatuto por el que se rigiese el funcionamiento de la nueva sociedad. Rápidamente se extendió la noticia por todo el acuartelamiento de Tablada así como por los vecinos acuartelamientos del Copero y Morón y a continuación se hizo una buena lista de suboficiales deseosos de participar en la creación de este nuevo espacio. A diferencia de otros clubs pensados y diseñados sobre planos, en el nuestro poca acción hubo de este tipo pues todo se desarrolló ampliando lo ya existente que era un pequeño edificio ( lo que hoy es la cocina ) y una piscina de 25 metros con una pequeña para niños ( las que llamamos mediana e infantil ) pues lo demás no existía. Durante algo más de un año se hicieron las nuevas instalaciones; ampliación de la barra del bar, el salón primero ( el segundo se haría mucho después ) los servicios, una oficina y un cuartillo para los soldados que tenían la labor de la vigilancia, de la limpieza y del cuidado del club.
Ni que decir tiene que el nuevo espacio nació con bastantes carencias lo que nos obligó a muchos de los componentes de aquel primer cuerpo social a arrimar el hombro y a trabajar duramente durante los primeros años hasta conseguir que aquello se pareciera mínimamente a lo que pretendíamos. Así que no era nada extraño de ver a sargentos tirando de pico y pala para hacer un campo de futbito o para marcar las líneas de una tosca pista de tenis o yendo con un volquete a San Pablo para traerse de allí todo tipo de materiales ( puertas, váteres, lavabos, redes y postes de pistas de tenis, etc., ) de la ya abandonada Base Americana.
Al principio no había concesionario por lo que los directivos ( los ya mencionados anteriormente ) eran los encargados de despachar las bebidas y de dispensar algunas tapas básicas como aliños y tortillas. El primer concesionario que tuvimos fue un muchacho joven, un francés llamado Michel, que se quedaba a dormir en el sofá del salón y que era bastante anárquico en su trabajo por lo que no duró mucho. Después ya nos vino el que para mi parecer ha sido uno de los mejores concesionarios que ha tenido nuestro club, el gran Alfonso que cubrió una buena etapa de la restauración y que creo que si no hubiera sido porque no era demasiado limpio y porque tenía problemas familiares, podría haber estado mucho más tiempo porque realmente era un buen profesional. Pero el tema de la restauración como el de las fiestas o de las actividades deportivas requiere, creo yo, capítulos exclusivos aparte, así que estos temas los dejaremos para otra ocasión.
El día 15 de Julio de 1972 fue el día elegido por las autoridades para la inauguración y a este acto vino desde Madrid para presidirlo el entonces Ministro del Aire don Julio Salvador y Diaz-Benjumea, siendo acompañado en estos actos por los ya mencionados, Teniente General Salas Larrazabal (Jefe de la Región Aérea del Estrecho) y los Generales Queipo de Llano y Serrano de Pablos que fue el encargado de hacer la alocución. Asistimos muchos suboficiales y a partir de ese día y afortunadamente hasta hoy el Club ha seguido funcionando para disfrute de tantísimas familias como hemos tenido la satisfacción de ver crecer a nuestros hijos aquí.
No me extiendo más. Terminar diciendo que aquellos fueron años de muy grato recuerdo para todos los que tuvimos la suerte de participar en la creación y desarrollo de este club y que en él hemos dejado los más bonitos años de nuestras vidas y en él se ha forjado el carácter y el porvenir de muchos de nuestros hijos por lo que nunca se nos olvidará el tiempo que hemos tenido la gran suerte de pertenecer a él.
José A. Aguilar Moreno
Teniente
Socio Fundador
(de la Revista "Encuentros" editada por este Centro)