Las aeronaves del Ala 31 operan en el marco del EATC (European Air Transport Command) misiones para el resto de países integrantes de dicho mando (programa ATARES).
Durante el año 2018 se han realizado un total de 3.159 horas de vuelo, con el T.10 y 567 horas de vuelo con el T.23, siendo el total de 3.726 horas de vuelo. Se ha transportado un total de 16.205 pasajeros y 3.240.108 kg de carga. El combustible total repostado fue de 10.173.235 litros en T.10, de los cuales fueron reabastecidos 591.179 litros. Se realizaron un total de 1.493 salidas repartidas en, 1.271 salidas de T.10 y 222 salidas de T.23.
Destacamento Marfil
Durante todo el año 2018 el Ala 31 mantuvo el destacamento aéreo Marfil, con base en Dakar (Senegal). Dentro de dicho contingente se encuentra un Hércules C-130, una sección de Fuerzas Aéreas y otra de Mantenimiento pertenecientes al Ala 31, estas secciones prestan apoyo logístico a la operación francesa Barkhane. Asimismo, el avión del destacamento Marfil apoya al contingente español de EUTM-Malí, la misión de la Unión Europea para la formación del ejército maliense.
A lo largo del 2018 en el ámbito del destacamento aéreo sostenido por el Ala 31, se han llevado a cabo 4 rotaciones de tripulaciones de vuelo y personal de mantenimiento, habiéndose relevado un total de 150 personas. Por otro lado, el C-130 ha colaborado tanto en la operación Barkhane como en la operación EUTM- Malí, con 869 horas de vuelo, el movimiento de más de 736,000 kg. de carga y casi 5000 pasajeros transportados.
Despliegues y apoyos
La Unidad ha participado en diversas misiones de sostenimiento durante el año, tanto con aviones T.10, como con aviones T.23.
Con aviones T.10 el Ala 31 ha contribuido al sostenimiento en:
Con aviones T.23 así mismo, se ha contribuido al sostenimiento en:
El año 2018, el Ala 31 ha apoyando a las fuerzas españolas en Iraq como parte de la operación A/I con el transporte de personal y carga hacia y desde Bagdad. También se ha colaborado con las tropas del Ejercito de Tierra y su despliegue en Incirlik (Turquía), donde tienen desplegada una batería Patriot en la operación de la OTAN denominada ACTIVE FENCE. Dicha misión, está integrada en la actualidad por dos baterías americanas, dos alemanas y una española, y tiene como fin, proteger a Turquía de posibles ataques con misiles balísticos procedentes de la vecina Siria.
Actividades con paises aliados
El Ala 31 ha realizado a lo largo del 2018, ejercícios tácticos con países aliados en el marco del European Advance Airlift Tactics Training Course (EAATTC), en ellos se planean misiones en las que se lanzan personal y cargas. habitualmente en las zonas militares de San Gregorio y Ablitas. Estos ejercicios internacionales se ejecutan en los meses de febrero y septiembre en lo que se denomina ETAP y tienen como sede la Base Aérea de Zaragoza.
Otras actividades internacionales en las que esta Unidad ha participado son las siguientes:
Actividades de enseñanza, adiestramiento o entrenamiento
Durante todo el año 2018 el Ala 31 ha proporcionado diversos apoyos a la BRIPAC, participando en ejercicios PLIC mensuales que han tenido lugar en Madrid, Zaragoza y Murcia.
Así mismo, se ha apoyado a la EZAPAC para realizar lanzamientos HALO-HAHO y para el ejercicio “Lone Paratrooper” para el que se traslado a EADA y EZAPAC a Túnez.
El Ala 31 ha participado en el despliegue y repliegue de los ejercicios DAPEX, DACEX, ETAP, Tiger Meet y Flint Lock en Dakar y Burkina Fasso.
En 2018, tripulantes pertenecientes al Ala 31 recibieron entrenamiento en el Simulador de Bélgica y en Kenitra.
En agosto tripulantes pertenecientes al Ala 31 asistieron al European Advanced Airlift Tactics Training Course en Zaragoza.
El Ala 31 continúa su participación, en el Programa de Intercambio de pilotos de A400M en Orleans Bricy (Francia).
Así mismo en nuestra Unidad han permanecido durante el año un piloto francés y un americano, el Capitán del Ejército del Aire Francés Andre Louis Julien Falcoz y el Major de la USAF Kasey Clark King, quienes se encuentran realizando el programa de intercambio de pilotos experimentados en la plataforma C-130.
En otro orden de cosas, la sección de instrucción impartió cursos de reabastecimiento en vuelo en tres ciclos a tripulaciones de la Fuerza Aérea Chilena.
A fin de completar su formación en centros de trabajo, mediante prácticas en UCO, permanecieron integrados en Mantenimiento de nuestra Unidad seis sargentos alumnos de la Academia Básica del Aíre, que fueron instruidos tanto en tareas sobre el T.10 como en tareas sobre el T.23.
Implantación del T.23
Con motivo de la incorporación del A400M (T-23) al Ala 31, desde el 2015 se han realizado paulatinamente obras de infraestructura, habiéndose finalizado los nuevos hangares de Mantenimiento y el edificio de Abastecimientos de material T.23 en el 2018. Así mismo se ha continuado con los trabajos en las infraestructuras del Taller de Motores y del Simulador de Vuelo. Además, se ha ampliado el aparcamiento de aviones, las pistas de rodaje y la instalación del sistema de hidrantes. Actualmente se continúan las obras encaminadas a la ampliación del aparcamiento de aviones, instalación del sistema de hidrantes y pronto se finalizara el simulador de vuelo, lavadero de aviones, muelle de carga y taller de motores.
El proyecto para el nuevo avión de transporte tiene su origen en el grupo para el Futuro Transporte Aéreo Militar Internacional (FIMA - Future International Military Airlifter). En el año 1982 Aérospatiale, British Aerospace (BAe), Lockheed, y Messerschmitt-Bölkow-Blohm (MBB) comenzaron a desarrollar los planes para sustituir a los veteranos C-130 Hércules y Transall C-160.
La multitud de distintas especificaciones requeridas, así como los vaivenes de la política internacional, provocaron la lenta evolución del proyecto. De este modo, Lockheed se desentendió del desarrollo del nuevo avión en 1989, y comenzó la evolución de la segunda generación del Hércules.
Con la inclusión de Alenia y CASA al grupo original, éste pasó a conocerse bajo el nombre de Euroflag.
Los socios originales plantearon un pedido de 212 aeronaves, aunque con la salida de Italia y la reestructuración de los pedidos la cifra bajó hasta los 180. Por su parte, Sudáfrica tuvo un paso efímero por el proyecto entre 2005 y 2008, año en el que lo abandona al alegar un sobrecoste de más de 3500 millones sobre lo previsto inicialmente.
El A400M ha incrementado notablemente la capacidad de carga y el radio de alcance del Ejército del Aire, lo que ha supuesto un salto tanto cualitativo como cuantitativo al reforzar sus capacidades expedicionarias.
Así, la capacidad de carga se ha duplicado respecto al C-130, mientras que las distintas configuraciones que puede adoptar la aeronave le permiten operar en diferentes escenarios y supuestos.
Además, el nuevo avión de transporte del Ejército del Aire cuenta con cabina de cristal o glass cockpit, pantallas multifunción y sistema fly-by-wire, lo que le sitúa en la vanguardia tecnológica de la aviación.
El A400M empezó construirse en la planta que EADS posee en Sevilla (accionista principal de Airbus Military) en octubre de 2006. El 26 de junio de 2008 se celebró la presentación mundial del primer A400M construido.
La ceremonia, conocida en el mundo aeronáutico como roll-out, estuvo presidida por el Rey Juan Carlos I. De este modo, el primer vuelo de A400M se produjo el 11 de diciembre de 2009.
El 17 de noviembre de 2016 Airbús hizo entrega del primer A400M al Ejército del Aire, y el 1 de diciembre de 2016 éste se incorporó al Ala 31 en la base aérea de Zaragoza, donde sustituirá paulativamente al C-130 Hércules.
El primer avión se incorpora a su base de Zaragoza el 18 de diciembre de 1973, para con la denominación de T-10, integrarse en el 301 Escuadrón de Fuerzas Aéreas.
Los Hercules eran los aviones de transporte con mayor capacidad y velocidad incorporados en su momento al Ejército del Aire y por consecuencia sus misiones no tardarían en multiplicarse.
En enero de 1976 se adquirirían tres unidades más, pero de la versión KC-130H convertible a cisterna (TK-10 en nomenclatura española).
En septiembre de 1978 el 301 escuadrón se convierte en Ala de transporte nº 31. Desde entonces este avión ha sido la columna vertebral del Mando de Transporte gracias a su gran capacidad para despegues y tomas de tierra en cortos espacios de terreno sin preparar, portando grandes volúmenes de personal y material bélico.
Su actuación no sólo se circunscribe a actuar de apoyo a los despliegues de las Unidades Aéreas y cooperación con los Ejércitos de Tierra y Mar, sino que participa en numerosas misiones humanitarias, en las que el Estado español acude en auxilio de regiones interiores o países asolados por alguna catástrofe.
Recientemente finalizó un programa de modernización que permitirá prolongar su vida operativa, y que ha supuesto la renovación de los equipos de aviónica, comunicaciones, autoprotección, combustible y cisterna de reabastecimiento, piloto automático digital y GPS.