Este sitio web está gestionado por el Ejército del Aire (Ministerio de Defensa) y utiliza cookies propias y/o de terceros con la finalidad de conocer los hábitos de navegación del usuario, realizar estadísticas y ofrecer contenidos adaptados a sus preferencias. El usuario puede aceptar todas las cookies pulsando el botón 'Aceptar', así como rechazarlas y personalizar cuáles desea deshabilitar, accediendo a como modificar la configuración de las cookies. Para obtener más información, puedes consultar nuestra Política de cookies.
Se cumplen cien años de la entrega del aeroplano que la provincia de Granada regaló al Servicio de Aeronáutica Militar.
El regalo de los aeroplanos de las provincias o aviones del pueblo tiene su origen en el desastre de Annual. Se trataba de proyectos solidarios sujetos a suscripción popular para la compra de material militar y auxilios a los heridos de guerra.
El aeroplano Granada, cuyo coste ascendió a 90 616 pesetas, era un De Havilland DH9-A con motor Napier-Lion de 450 HP, que proporcionaba una velocidad de crucero de 160 Km/h y una autonomía de vuelo de 5 horas. Fue donado al Estado con el número 64 dibujado en el timón de cola.
El acto de donación fue presidido por la reina Victoria y se llevó a cabo en la Base Aérea de Cuatro Vientos. La reina firmó el acta de la entrega, junto a representantes de la provincia, entre ellos, el senador granadino Antonio Amor Rico. Para el bautizo, se lanzó un cordón con los colores nacionales prendido a una botella de champán sujeta a la hélice.
El espíritu solidario que rodeaba el proyecto hizo que el sobrante de la adquisición del aeroplano se destinase al auxilio de las familias más necesitadas de Granada. El Hospicio General de Pobres se encargó de repartir más de 3000 raciones de comida.
La entrega del aeroplano Granada corrió paralela a la creación del Aeródromo de Armilla. Sendos hitos contribuyeron definitivamente a situar la provincia de Granada en el mapa de la ‘joven’ aeronáutica española.