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Detalle de noticia

Entrevista al teniente en situación de reserva Ignacio Redondo Rodríguez

11/1/2023

Pregunta.

En primer lugar, enhorabuena por el Premio Ejército del Aire y del Espacio recibido en este año 2022. A tenor del emotivo discurso pronunciado en la gala, surge el interés por acercarnos a su perfil como aviador miembro de las Fuerzas Armadas. Coméntenos un poco el secreto de mantener toda la ilusión después de una carrera profesional dedicada a la milicia.

Respuesta.

Gracias por los cumplidos que he tenido la suerte de recibir. Que a un escritor le lean es ya de por sí un triunfo, que encima le comprendan una gesta y si además logra alcanzar el corazón de los lectores u oyentes es un culmen. Así lo recibo y así lo agradezco.

Siempre he sido consciente de lo que quería obtener y de los medios que yo aportaba para obtenerlo. Habrán visto en mis escritos la clara inspiración cristiana que subyace. Creo que aunque no me hubiese dedicado a la milicia habría enfrentado la vida civil con mente clara de niño. Las emociones se pueden gestionar y así lo hice. He tenido la suerte de disfrutar de la vida incluso en los momentos en los que me tocó perder. Toda vida tiene un sentido y lo busco y reafirmo cada día.

 

Pregunta.

Tras su reciente paso a situación de reserva, en una visión retrospectiva, ¿podría hablar en términos de misión cumplida?

Respuesta.

Me quedan unos años en la situación de reserva, por tanto manteniendo la condición de militar. Dicha situación de reservista en el ejército español nos parece difusa por la distancia, pero en la circunstancia del pueblo ucraniano adquiere un sentido muy diferente. Creo que ‘misión cumplida’ lo podré afirmar en el pase a la situación de retiro. Aun así, defenderé mis ideas y lo que juré hasta el último aliento.

 

Pregunta.

Si tuviese que relatarse a usted mismo el bagaje de su vida profesional, ¿en que tono lo haría? Nostalgia, alegría, sacrificio...

Respuesta.

Yo utilizaría el término entusiasmo. He sido muy afortunado pudiendo hacer lo que desde pequeño quise. Me formaron como mecánico de mantenimiento de avión y siempre obtuve los recursos formativos necesarios para profundizar en los múltiples aspectos de esta especialidad. Poco a poco fui adquiriendo además los valores del militar, diferenciándome así de mis homólogos civiles. Colaboré con múltiples ejércitos OTAN. He disfrutado, tanto del vuelo como de los almacenes de abastecimiento, y lo mejor de todo, he conocido personas que mantenían el mismo brillo en los ojos.

 

Pregunta.

Ha vivido la transición a un ejército profesional. ¿Hasta qué punto considera la vocación un condicionante para elegir la profesión militar?

Respuesta.

Sobre este tema, modelo institucional versus modelo ocupacional, hay muchísima bibliografía pero me limitaré a explicarles mis convicciones. Más que nada porque cuando ingresé en el Ejército del Aire mis intenciones eran las obtener el título adecuado para finalizar como mecánico de vuelo en Iberia. Poco a poco, la profesión militar me fue enganchando. Mi caso es demasiado especial y no extrapolable. Como mecánico he mamado la vocación desde casa viendo a mi padre y a mi abuelo. Ya pequeño me enseñaron a limar, soldar, taladrar e incluso a barrer el taller y apreciar la economía en la recogida de virutas. He sido afortunado de poder unir estas dos vocaciones.

La vocación no es única e inmutable, pues en un mundo tan complejo incluso una fuerte vocación puede variar en función de una enfermedad, de una crisis de pareja, de un despido laboral, etc. Además, la vocación no te suele hacer rico, por lo que nunca es tarde para encontrarla. Tampoco es una llamada mágica, pues primero viene la acción y luego la vocación. No me atrevo a preguntar cuántos son los militares vocacionales, puesto que con la peculiar demografía española, la dificultad de obtener un empleo, los cambios de paradigmas educativos y el avance de la ideología woke me llevarían a alguna desagradable sorpresa.

La profesionalidad es algo exigible y mensurable. La vocación no. En resumen, deseo ante todo un militar profesional, un médico profesional y un camarero profesional. Alguien que se esfuerce por dominar su profesión y si además tiene vocación, miel sobre hojuelas.

 

Pregunta.

Atendiendo al acatamiento que obliga la milicia, prioriza el hecho de dar o seguir el ejemplo.

Respuesta.

Decía Einstein que ”dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás; es la única manera”. Del mismo modo en otra frase atribuida a Newton o a John de Salisbury decían que “si he llegado a ver más lejos es porque me subí a hombros de gigantes”.

Entendiendo estos dos conceptos, vemos que no hay enfrentamiento entre dar y seguir el ejemplo. En cada etapa de nuestro desarrollo personal seremos a veces profesores, otras alumnos. Mi truco vital ha sido siempre elegir aquellas personas con la suficiente talla para poder tener una adecuada guía. Hubo muchos compañeros que me dieron un ejemplo precioso y por tanto me vi impulsado a ser referente de otros. Espero haberlo sido.

 

Pregunta.

Escuchamos unas palabras suyas donde manifestó que “motivar no es dar ánimos, sino dar motivos”. En un ámbito donde prima el sacrificio sobre la recompensa, no debe resultar cuestión baladí.

Respuesta.

He tenido la oportunidad de estar en Afganistán en situaciones excepcionales. Es en estos momentos en los que todo lo apreendido se pone en práctica. Cuando uno oye explosiones alrededor tiene que tener muy claros los motivos que le afirman en la trinchera. De lo contrario surge la duda, el pánico y el desmoronamiento mental.

Las misiones en el exterior poco a poco nos van afinando y dejando claro que primero somos soldados. Cuando uno asume el porqué de su condición militar acepta los motivos que le fueron explicados. Este mismo sentimiento ha de mantenerse a la vuelta del extranjero, tanto en paz como en guerra. La obra perfecta se realiza cuando el ejecutante sabe lo que hace y por qué lo hace.

Si en la entrega del militar primase la recompensa o el botín, dejaríamos de ser soldados de España para equipararnos a cualquier clase de mercenarios.

 

Pregunta.

Sus inquietudes intelectuales han requerido equilibrio personal, laboral y familiar. En ocasiones ello supone la prevalencia de un contexto sobre otros. ¿Dónde radica mayor dificultad a la hora de expresarse en estos términos?

Respuesta.

He podido alcanzar mi situación gracias al apoyo incondicional de mi familia. Primero de mis padres, que me recordaban que nunca dejase de estudiar, luego de mi esposa, que ejerció de padre y madre cuando fue necesario, y luego del conjunto de amigos y compañeros que me mantuvo siempre con los pies en el suelo.

He mantenido preferente mi condición militar pues es la que me aportaba el salario. El resto de tiempo lo dedicaba al plano académico robando tiempo a la familia. Reitero que no hubiera podido alcanzar mi situación sin este tremendo apoyo. Aún me pregunto cómo todavía me soporta mi esposa.

 

Pregunta.

“La orden obliga pero el ejemplo arrastra“, también es uno de sus asertos. Al respecto, entraña más dificultad saber mandar o saber obedecer.

Respuesta.

Afirmo que para empezar a mandar antes se ha de aprender a obedecer. El ejército, como estructura social compleja, crea amplias interrelaciones. Muchas no se vislumbran en el día a día, pero todos estamos más relacionados de lo que creemos. Obtener un cierto empleo garantiza per se un cierto nivel de mando, normalmente adecuado para el funcionamiento normal. Pero en las situaciones complejas y de crisis se necesita algo más allá de la simple orden. Aquí es donde prima el ejemplo y es la persona la que se antepone a sus galones.

En el ejército israelí dicen que “si quieres empujar a los demás, ponte delante”.

 

Pregunta.

En el ejército, hasta el más caracterizado tiene a alguien superior jerárquicamente a quien dar novedades sea cual fuere su misión, una faceta no exenta de responsabilidad que cala en todos los componentes de las FAS desde su incorporación. Ello supone una implicación que siempre habrá sentido y seguro que podría comentar su experiencia.

Respuesta.

Siguiendo con en desarrollo de la anterior pregunta. En el ejército, al igual que en la empresa, estamos para obtener resultados. Nosotros lo denominamos el éxito de la misión. Un JEMA asume la orden recibida de un JEMAD, que a su vez lo hace de un ministro. Sigue el camino hacia abajo hasta donde sea necesario.

A lo largo de cuarenta y dos años de carrera activa he recibido infinidad de órdenes. En mi juventud eran las de dejar los aviones en las mejores condiciones operativas, años más tarde fueron tareas como profesor para formar a jóvenes mecánicos. Luego cambié el enfoque y me dediqué a la compra de repuesto para las aeronaves. Finalmente como suboficial mayor me dediqué a cohesionar personas para multiplicar la moral de combate. Es decir, en cada momento supe lo que se esperaba de mí e hice todo lo posible para ofertar lo demandado en pos del éxito de la misión.

 

Pregunta.

En la vida, los valores hay que incorporarlos, asumirlos y mantenerlos, tenemos en España ejemplos históricos de personajes ilustres. Relate someramente la importancia del Ejército del Aire y del Espacio como garante de tradiciones y ejemplo de modernidad.

Respuesta.

Para mí siempre ha sido ejemplo Emilio Herrera Linares y aconsejo fervientemente la lectura de su biografía. Como resumen de ella me quedaré en que desde sus inicios como teniente del Ejército de Tierra supo ver primero en los globos y luego en las aeronaves su potencial de futuro. Inició proyectos como fundador de una línea aérea, ayudó en el desarrollo del autogiro y del laboratorio aerodinámico de Cuatro Vientos, diseño el embrión de los trajes espaciales. Creó la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos y cientos de situaciones, a cuál más interesante.

Para el joven que empieza, el espacio le ofrece un campo tan amplio como el que se encontró en el aire Emilio Herrera. Nuestro EAyE no surgió de la nada sino que lo formaron las personas más motivadas de los otros dos. Saber vislumbrar el futuro es clave para la resolución de problemas. Para intentar conocer el futuro es indispensable conocer el pasado sin distorsiones.

 

Pregunta.

¿Con qué argumentos intentaría convencer a personas de su entorno más íntimo para planear su futuro como integrantes del apasionante mundo de la aviación militar?

Respuesta.

El asumir el reto del espacio nos va a modelar, de manera casi revulsiva, una nueva forma de trabajar que en lógica de mercado, apuntará a la creación de cadenas de valor con socios y aliados. Al espacio no se puede subir solo.

Allí participarán las personas y sectores más competitivos, dinámicos e innovadores. No hablamos de categorías o empleos, sino de personas capaces de mejorar procesos, encontrar soluciones nuevas y con amplia visión de futuro. Pocas empresas pueden hoy ofrecer este marco laboral.

 

Pregunta.

Para finalizar, pronuncie una arenga evocadora para que la juventud decida enrolarse en el Ejército del Aire y del Espacio.

Respuesta.

Siguiendo el ejemplo del CSAF gen. Mark Welsh III les diría que aquellos que no sientan un vértigo al mirar al cielo, que no crean en algo superior, que no asuman el privilegio que es liderar a otros y liderarse a sí mismo, aquellos que no son capaces de sonreir en una foto trabajando con compañeros, no deben estar en nuestro ejército. No les queremos. Los retos son grandes y así deberá ser nuestra entrega.

Otra de mis frases favoritas, “no se puede tirar de un carro subido en él”, resume lo que espero de los jóvenes que quieran acercarse a nosotros. Incluso los pájaros, para alzar el vuelo deben hacer un esfuerzo. No es solo reclutar, habrá que identificar el talento, promoverlo y retenerlo. Como españoles sabemos que juntos podemos alcanzar cualquier reto. Compartiendo voluntades y esfuerzos, ganamos todos.