El gobierno de Grecia, a través del mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea RescEU, solicitó al español el apoyo de sus aviones Canadair para contribuir al control y extinción de la enorme cantidad de incendios que estaban asolando el país. El domingo 27 agosto se materializó la ayuda, con la decisión de enviar dos aviones del 43 Grupo del Ejército del Aire y del Espacio para sumarse a las labores de extinción. Los destacamentos de Santiago de Compostela y Salamanca fueron los encargados de asumir la misión, enviando cada uno de ellos un avión y dos tripulaciones completas, más el personal de apoyo en tierra.
Un contingente desplegado compuesto por 23 miembros del 43 Grupo y 9 militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se sumaron al resto de países que conformaban el gran operativo del mecanismo de protección civil europeo (UCPM): Chipre, Alemania, Suecia, República Checa, Francia, Rumanía, Bulgaria, Serbia, Eslovaquia y Croacia.
El despliegue de los aviones fue complicado por las adversas condiciones meteorológicas. Así, tuvo que hacerse en varios días desplegando el domingo 27 en Zaragoza, el lunes 28 en Palma de Mallorca, el martes 29 en la ciudad italiana de Cagliari y, finalmente, el miércoles 30 en Alexandroupolis. Por otro lado, el resto de personal y el kit de despliegue se pudieron enviar en un C-295 del Ala 35 el lunes 28 de agosto y recuperarse el viernes 8 de septiembre en un A400 del Ala 31.
Los aviones operaron en formación con aviones del 383 Escuadrón de la fuerza aérea helénica. De este modo, un avión local hace de líder de la formación, facilitando las comunicaciones y asegurando el cumplimiento de las restricciones del país, con lo que se minimizan las incidencias. En el caso de Grecia fue sencillo, ya que cuentan con el mismo modelo de avión que España, además de la gran camaradería que existe entre las tripulaciones de ambos países y que facilitó el entendimiento mutuo. Finalizado el destacamento, el 43 Grupo había realizado la cifra de 62:15 horas de vuelo en incendio y 130 descargas de agua. Unos 800 000 litros.
Las labores de extinción se prolongaron hasta el jueves 7 de septiembre por la enorme extensión que llegó a tener el incendio, que con 90 000 hectáreas quemadas, se considera el más grande que se tenga constancia en la Unión Europea. Una cifra que a, pesar de su magnitud, no refleja las 28 vidas humanas que se perdieron, ni los hogares y bienes materiales que devoró el fuego.
Tras evaluar la mejoría de la situación y la llegada de fuertes lluvias con inundaciones y riadas, Grecia decidió desmovilizar la ayuda europea del RescEU, permitiendo la recuperación del contingente español a territorio nacional.
