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A las 03:00 horas de la madrugada del 23 de junio se dio por finalizada la fase Livex del ejercicio Sirio 23, principal ejercicio de adiestramiento anual de las unidades del Ejército del Aire y del Espacio.
Este ejercicio ha permitido a las unidades participantes adiestrarse en el planeamiento y ejecución de diversas misiones: operaciones aéreas defensivas y ofensivas, interdicción aérea, apoyo aéreo cercano a fuerzas de superficie, CAP (Combat Air Patrol), QRA (Quick Reaction Alert), ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance), reabastecimiento en vuelo, operaciones aéreas especiales, aerotransporte, inserción de equipos de operaciones especiales mediante técnicas de fast rope (descenso rápido mediante soga) desde helicópteros NH-90, lanzamientos paracaidistas en modalidad HAHO (High Altitude-High Opening) desde aeronaves C-295 con empleo de oxígeno y exfiltración con medios de ala rotatoria y ala fija operando desde pistas balizadas ex profeso para la misión.
Han participado las alas 11, 12, 14 y 15 con cazas Eurofighter y EF-18, así como el Ala 46 que ha desplegado desde su base en las Islas Canarias cuatro EF-18 para operar desde la Base Aérea de Torrejón, compartiendo labores de mantenimiento y configuración con el Ala 12, para minimizar la huella logística del despliegue.
También han participado las unidades de transporte, alas 31, 35 y 37. En el caso del Ala 31 también con su rol de tanquero para reabastecimiento en vuelo a otras aeronaves. Además de helicópteros NH90 del Ala 48 y el sistema MQ9 Predator B tripulado remotamente desde la Base Aérea de Talavera (Badajoz), para misiones sobre escenarios localizados en Teruel y Ciudad Real.
Durante el ejercicio se realizó una operación de rescate de personal no combatiente (NEO), desplegando un centro de control de evacuación (CCE) en el aeropuerto de Teruel por parte del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), con capacidad para identificación y filiación del personal a evacuar y desde el que se operó con aeronaves A400M y C295. También se realizó una operación de puente aéreo humanitario con lanzamiento de cargas en apoyo de una población que de forma simulada había quedado aislada dentro de la zona en conflicto.
Durante la ejecución del Sirio 23 se ha puesto a prueba la capacidad para planear y ejecutar, en un corto espacio de tiempo, una misión de recuperación de un piloto, bajo el supuesto de que había sido el único superviviente de una aeronave de transporte accidentada en una zona fuera del control de las fuerzas propias. El piloto estuvo sometido a una situación demandante física y psicológica, aislado en condiciones diurnas y nocturnas, en un escenario desconocido para él, en este caso localizado en una zona deshabitada de Ciudad Real. Todo poniendo en práctica tácticas, técnicas y procedimientos de supervivencia y evasión, para evitar ser localizado por fuerzas hostiles antes de que pudiera ser rescatado por las fuerzas propias. En este tipo de misiones el factor tiempo es determinante y el equipo de rescate debe planear y ejecutar la misión teniendo en cuenta esa premisa y siguiendo los procedimientos OTAN establecidos para estos casos. En esta operación participaron medios de caza de fuerzas propias y de fuerzas hostiles, dos helicópteros NH90, una aeronave C295 y un equipo de operaciones especiales del Escuadrón de Zapadores paracaidistas (EZAPAC) apoyado por el sistema MQ9 Predator B.
También se integró de manera sinérgica en el ejercicio la operación Eagle Eye 23-02, con participación de medios del Núcleo de Fuerza Conjunto del Mando Operativo Aeroespacial, destacando en este caso la participación de seis cazas Eurofighter del Ala 11 operando desde la Base Aérea de Zaragoza, la fragata F-104 Méndez Núñez de la Armada y una unidad de defensa antiaérea del Ejército de Tierra, todos desplegados en el litoral de Castellón, para operaciones de defensa del flanco este peninsular.
Planeado y dirigido por el Mando Aéreo de Combate (MACOM), el Sirio 23 ha destacado por su gran complejidad y ha puesto a prueba la capacidad del Ejército del Aire y del Espacio para llevar a cabo múltiples misiones de forma simultánea en un entorno de alta intensidad, contribuyendo así a mantener el adecuado nivel de adiestramiento de sus unidades de combate y de apoyo al combate, así como del sistema de vigilancia y control aéreo, proporcionado en esta ocasión por el Grupo Norte de Mando y Control (GRUNOMAC), y supervisión del Centro de Operaciones Aéreas (AOC) del MACOM.
Ha finalizado la fase Livex, pero el ejercicio continúa ahora con la fase de análisis y redacción de informes de misión para concluir en un informe final, en el que se plasmarán las lecciones aprendidas y se propondrán acciones que redunden en la mejora de los procesos de planeamiento y ejecución de misiones. Un proceso vital para mantener y mejorar el adiestramiento de las unidades.